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quarta-feira, novembro 20, 2013

Realidade que não é a nossa, mas que nos inspira - Parte III 


Continuação do post anterior:

Entrevistadora: Qué ha sido lo que más le ha marcado?
Geleta:Un día, en Bati, se me acercó una pareja muy joven, estaban famélicos y con poca fuerza para andar. Sus ojos no tenían expresión humana y sus manos, cadavéricas, se veían como garras de pájaros. Mi pidieron, agotados, "algunas piezas de trapo, aunque sean pequeñas". Cuando les pregunté para qué las querían me miraron con absoluta frialdad y me dijeron: "Son para cubrir a nuestros hijos muertos". Eran 3, de no más de 4 años el mayor. Jamás me olvidaré ese momento que me marcó para siempre. Desde entonces, mi corazón se volvió rojo. Con el rojo de la Cruz que ostenta nuestra bandera, la de la Cruz Roja. Me juré que, de por vida, sería uno de ellos.
(...)
Entrevistadora: Entonces hubo otro golpe de Estado en el país.
Geleta: Sí, en 1991. (...) Perdíamos todo de nuevo y no podía regresar (...). Emigramos como refugiados políticos a Canadá.
Entrevistadora: Cómo fué empezar otra vez a los 49 años?
Geleta: Muy duro. Alquilamos un apartamento y me apunté en una agencia de búsqueda de empleo. Después de buscar muchísimo encontré trabajo en el supermercado de una gasolinera. No tenía ni papele. Pero la Cruz Roja canadiense me ofreció, dos años después de mi llegada a Canadá, ayudar en los campos de refugiados de Kenia. Y volví con ellos a Africa. Este trabajo anida en tu corazón para siempre.

Continua amanhã...
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